GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA

GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA

jueves, 20 de diciembre de 2007

'VILLANCICOS' NAVIDEÑOS A EUROPA






















20 diciembre
20 diciembre
'CUENTO' NAVIDEÑO A LA OPULENTA EUROPA
¡HOLA, EUROPEOS 'CÉLEBRES' Y FELICES! ¿ESTAIS AHÍ? SI ESTAIS AHÍ Y CON GANAS DE ESCUCHAR VILLANCICOS, SIMPLEMENTE PORQUE ES TIEMPO DE ELLO PARA USTEDES, LEER EL QUE OS DEDICO Y CONTENIDO EN LA IMAGEN ADJUNTA A ESTE ESCRITO. DE TODAS MANERAS, SEGUIR PASÁNDO UNAS FELICES FIESTAS Y GASTAROS MILLONES DE EUROS EN LUZ ARTIFICIAL PARA FIESTA Y JOLGORIO. ESPERO QUE TANTO DINERO EN LUZ DEJE ALGO DE CLARIDAD EN VUESTRAS MENTES, LAS MENTES DE AQUELLOS QUE TIENEN LA INELUDIBLE OBLIGACIÓN DE DAR SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE LOS DESHEREDADOS DE ESTE MUNDO, ESPECIALMENTE, Y A LO QUE LOS CIUDADANOS CANARIOS NOS TOCA, A TODOS LOS QUE DEJAN SUS VIVAS EN NUESTRO MAR, SÓLO PORQUE BUSCABAN UN VIVIR MEJOR, UNA HUIDA DE LA SMISERIA. ¡LEER, INGRATOS, LEER! SÓLO LEYENDO ADQUIERE EL HOMBRE CONOCIMIENTO, SABIDURÍA Y CONCIENCIA DE LOS PROBLEMAS QUE ESTAMOS OBLIGADOS A SOLUCIONAR, ENFRENTÁNDONOS A ELLOS.

¡LEER, INGRATOS LEER! MIRAD LA MUERTE QUE DÍA A DÍA LLEGA A CANARIAS DE LA COSTA AFRICANA. NO SON 'SIN PAPELES', SON PERSONAS QUE DAN LA VIDA EN BUSCA DE UN VIVIR POSIBLE, EN BUSCA DE PERPETUAR SU ESPECIE, DERECHO Y OBLIGACIÓN INCUESTIONABLE DE TODO SER RACIONAL SOBRE ESTE PLANETA, PLANETA QUE ES DE TODOS, DE TODOS LOS QUE HAN NACIDO SOBRE SU TIERRA Y NO HAY FRONTERA FÍSICA O HUMANA QUE PUEDA PARARLOS EN ESA EMPRESA. DIOS LES DA LA FUERZA, LA FUERZA Y LA EXIGENCIA DE SU SUPERVIVENCIA, SUPERVIVENCIA QUE NO PUEDEN PARAR FRONTERAS, ARTIFICIALES, IMPUESTAS POR EL HOMBRE, POR CONVENIENCIAS, SOBRE UN GLOBO TERRÁQUEO QUE NO ES PROPIEDAD DE NADIE, ES EL HABITAT COMÚN, DE TODO HOMBRE CON LA FORTUNA DE HABER NACIDO EN NUESTRA tIERRA.

¡LEER, INGRATOS, LEER; ENTERAROS DE LO QUE OCURRE SOBRE LA TIERRA!

martes, 11 de diciembre de 2007

COSTAS, EL BANCO DE ARENA DE PASITO BLANCO, MEDIO AMBIENTE Y EL PACTO POR EL TURISMO























GRAN CANARIA EN SU ENCRUCIJADA (y 45)
COSTAS, EL BANCO DE ARENA DE PASITO BLANCO, MEDIO AMBIENTE Y EL PACTO POR EL TURISMO
Como es bien sabido, el Departamento de Costas ha acometido la encomiable empresa de regenerar y de habilitar de arena las playas de la Isla, especialmente las de la zona turística sureña de Gran Canaria que son las que más necesidad tienen de ella pues, con la excepción de la de playa del Inglés-Maspalomas, -‘leal’ donde las haya- se pueden contar con los dedos de una mano las que tienen arena y la mantienen de forma continuada y sin grandes problemas. Estoy hablando a todo esto de una cantidad de playas que rebasan la veintena en la zona turística del Sur/Sur-Oeste. Esta ingente cantidad de playas, todas ellas explotables turísticamente si se les aporta la imprescindible infraestructura y el más mínimo acondicionamiento, entre ellos arena, por supuesto, es un regalo que Dios nos ha donado y, junto con el factor CLIMA, los activos más importantes que tiene Gran Canaria para remontar la situación de decadencia en que está inmersa desde hace años y ponerse a la cabeza nuevamente del turismo canario, tarea más que ardua, no precisamente porque no tenga lo fundamental que son los factores de CLIMA y PLAYAS antes mencionados para conseguirlo sino porque nuestro mayor competidor en el mercado turístico, Tenerife -hasta que Marruecos entre en liza a gran escala-, ya se las arreglará, como hasta ahora, de poner palos en las ruedas a Gran Canaria para no perder el indiscutible liderazgo turístico que ya ostenta sin discusión y en el que sustituyó a esta Isla, no con buenas artes precisamente. No obstante, Tenerife no posee el galardón del mejor clima del mundo otorgado por instituciones internacionales como es el caso de Gran Canaria, ni tienen playas naturales de la calidad y cuantía que tiene nuestra Isla, los dos factores básicos para atraer turismo. Pero tiene sol, igual que nosotros, puede que me responda el lector. Claro que sí tiene sol, tanto como en todo el Mediterráneo y en casi todo el mundo, pero, repito, no tienen playas naturales de nuestra calidad ni tampoco el mejor clima del mundo con certificación sobre papel como es nuestro caso, aunque se lo hayan ‘anexionado’ a través de la inteligentísima promoción genérica de una sola Canarias ‘made’ en Tenerife.
Expuesto en un par de palabras la importancia que tiene para Gran Canaria que Costas siga adelante con su iniciativa de rehabilitar y habilitar de arena las playas de toda la zona turística de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, especialmente, queda sólo exigir a las demás Administraciones que puedan estar implicadas en esta inmensa mejora de la oferta turística de Gran Canaria que pongan todo lo que esté de su parte y mucho más, si fuera necesario, para que el Departamento estatal de Costas pueda llevar a buen término el proyecto más importante que jamás ha conocido Gran Canaria por parte de Costas en beneficio de nuestro turismo.
Ahora bien, esta iniciativa de Costa de acondicionar las playas de las zonas turísticas sureña, que viene como llovida del cielo, necesita de arena por pura lógica porque, lo que necesitan las playas, además de limpiarlas de riscos, piedras y otras basuras, es arena y esa arena sólo es posible conseguirla, dentro de una línea económicamente asumible, del banco de arena que se encuentra a unos cinco o seis kilómetros mar adentro de la costa de Pasito Blanco. Según las informaciones publicadas al respecto por la prensa local, las catas efectuadas por Costas indican que ese banco de arena dispone de unos cincuenta millones de metros cúbicos y las necesidades para regenerar todas las playas previstas en el Sur/Sur-Oeste grancanario son de unos cinco o seis millones de metros cúbicos. Y bien, tal vez se pregunte el lector, si nuestro ‘motor’ económico, el turismo, necesita esa arena para volver a remontar, ¿cuál es el problema en sacarla de ese banco de Pasito Blanco? Pregunta lógica y de suma rareza que haya que hacérsela pero se ha originado un serio problema: las juventudes de nóminas seguras y bien retribuidas de la Consejería de Medio Ambiente de Canarias vetan la extracción de arena de ese banco de Pasito Blanco porque, dicen ellos, afectaría al hábitat de la tortuga boba y el delfín mular y, por consiguiente, el extraer arena de ese banco podría originar la extinción de esos animalitos; por tanto, que Costas ‘se busque la vida’ y saque la arena de otras latitudes. Costas, por su parte, y siguiendo el hilo de la información publicada, argumenta que no hay otro lugar en nuestro entorno marino de donde poder sacar esa cantidad de arena por lo que habría que importarla de África y eso es económicamente imposible en base al presupuesto disponible, por lo que, si el Medio Ambiente canario persiste en su negativa de vetar la extracción de arena del banco citado, ese presupuesto previsto para regenerar las playas grancanarias tendrá que ser dislocado a otros puntos del litoral marítimo nacional.
Ante esta postura por parte de Medio Ambiente canario en contra de una actuación tan vital para Gran Canaria como es la regeneración de sus playas, postura de muy difícil comprensión para cualquier ciudadano grancanario de a pie, y mucho menos comprensible si se da la circunstancia que está en desempleo -en Gran Canaria rondamos ya los 80.000, más la que se nos viene encima si sigue la progresiva ‘residencialización’ de la cama extrahotelera de Playa del Inglés y, por si fuera poco, con el treinta por ciento de nuestra población viviendo por debajo del umbral de la pobreza. ¡Hay que ser galácticos!-, y siguiendo con las informaciones publicadas al respecto, Costas anuncia la celebración de una especie de foro con el objeto de informar a todas las partes interesadas, especialmente a los opositores a la extracción de la arena del banco de Pasito Blanco, de la ausencia de cualquier desequilibrio marino perjudicial para ningún bicho acuático viviente a causa de la extracción de la arena prevista, con datos en la mano sacados de las oportunas catas efectuadas previamente, foro que se celebró el día 22 del pasado mes de noviembre en la Delegación del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria. A este foro informativo por parte de Costas, de tantísima importancia para el turismo de nuestra Isla, y según lo publicado por los diarios de papel “La Provincia/Diario de Las Palmas del día 23 de noviembre y “Canarias7” de la misma fecha, no asistió ninguna representación de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Autónomo, principal opositor a la extracción de la arena; ninguna representación del Cabildo de Gran Canaria; ninguna representación de los ayuntamientos especialmente afectados, el de san Bartolomé de Tirajana y el de Mogán (sólo asistió del primero un edil de la oposición), y, como la guinda no podía faltar, no hubo ninguna representación, según lo publicado, por parte del sector turístico de Gran Canaria que, en este caso, debería haber hecho acto de presencia en tropel en un inequívoco apoyo a la iniciativa de Costas en tan importantísima actuación de acondicionamiento de las numerosas playas sureñas. Por lo visto les van las cosas tan bien, tanto al mundillo empresarial sureño como a los citados Ayuntamientos, que para qué molestarse. Siempre quedará el consuelo del lloro por los rincones por una oportunidad de oro perdida que no volverá a presentarse en decenios si Medio Ambiente persiste en su negativa y Costas se ve obligada a parar sus actuaciones de regeneración de playas. Como es de suponer, los únicos que no faltaron a la cita en apoyo del veto de Medio Ambiente a la extracción de arena del citado banco fueron los que siempre están en contra de todo lo que se mueva que no sean tortugas y lagartos.
Escrito lo escrito sobre esta iniciativa de Costas, que se encuentra en fase de actuación y no en la clásica ‘toma de medidas’ a la que la Administración nos tiene acostumbrados, no hay más remedio que retrotraernos a unas cuantas semanas atrás y hacer referencia a la reunión mantenido en la isla de Fuerteventura el 19 de octubre pasado de todas las administraciones y demás entes que tienen que ver algo con el tema turístico. En esta reunión, pródigamente escenificada, se plasma una declaración de intenciones por un “PACTO POR EL TURISMO”, a cuya reunión no asistió el Cabildo de Gran Canaria por cuestiones en las que no entro, pero que también se unió semanas más tarde a dicha declaración sobre el citado “PACTO”.
Así es que, como resultado, aquí tenemos un “PACTO POR EL TURISMO”, o proyecto de pacto, que ha perdido su mejor oportunidad de demostrar que están por la inequívoca labor de reflotar la ‘nave’ del turismo grancanario apoyando decididamente las actuaciones de Costas en las playas grancanarias que lo necesiten, como primer paso para otros de relieve y más que necesarios como son la instalación de medios mecánicos para el acceso principal a la playa de Playa del inglés, conversión sin demora de la carretera GC-500 en vía urbana con carril para bicicletas desde Morro Besudo hasta la rotonda del Campo Internacional, además de otros ya citados en mis doce últimas publicaciones sobre los problemas existentes en la zona turística sureña y las soluciones que estimo se le pueden dar.
Las Palmas de gran Canaria, 8 de diciembre de 2007.
Daniel Garzón Luna
MISMO ARTÍCULO CON IMÁGENES Y UBICACIÓN DEL BANCO DE ARENA EN CUESTIÓN EN MIS PÁGINAS WEB: http://danielgarzonluna.blogspot.com/, y http://zxcvbn14.spaces.live.com/,

viernes, 16 de noviembre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (XII y última)











PROMOCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN TURÍSTICA DE PLAYA DEL INGLÉS
En este ‘capítulo’, XII y último de mi ‘serial’ “LA NAVE TURÍSTICA GRANCANARIA: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO”, trataré de forma muy sintetizada la promoción y comercialización turística de Playa del Inglés, tal como la veo para los fines expuestos en el ‘capítulo’ II, “’HOJA DE RUTA’, CON OBJETIVO A ALCANZAR”, publicado en el “elindependientedecanarias.como” el 13-09-2007 y colgado en mis páginas Web de la misma fecha. En este planteamiento apostaba por el turismo de salud como salida a la situación de agotamiento en que se encuentra el modelo actual, considerando los activos con que cuenta Playa del Inglés para poder emprender una nueva ruta con posibilidades de éxito, activos entre los que destaca el factor CLIMA, inalterable a influencias interesadas o gestores inoperativos y sobre el que tiene que descansar cualquier iniciativa comercial que busque la reactivación del mercado hacia lo positivo de la oferta de la cama extrahotelera en Playa del Inglés, porque, con la excepción del factor CLIMA y la playa, no hay ninguna otra razón material, aparte de las que pudiera haber de tipo humano, que haga a un posible turista decidirse por unas vacaciones en un establecimiento extrahotelero de Playa del Inglés en lugar de en cualquier otro destino turístico competidor de Gran Canaria. Por tanto, dedico sólo unas cuantas líneas a las alrededor de 20.000 CAMAS HOTELERAS existentes en Playa del Inglés, que no entran precisamente en la línea de la manida obsolescencia en casi su totalidad, las cuales, aunque sí sufren también las consecuencias del abandono casi generalizado que impera en toda la urbanización por parte de las administraciones competentes, no están en una situación de agobio para poder comercializarse por estar la demanda de la cama hotelera en permanente alza y su gestión está, en casi todos los casos, en manos de consejos de administración con posibilidad de toma de decisiones fáciles y rápidas.
LA CAMA EXTRAHOTELERA -bungalows y apartamentos- que representan unas 80.000 en Playa del Inglés, se enfrenta a varios problemas de muy difícil solución, siendo los más importantes, a mi criterio, los que voy a enumerar a continuación, aunque cualquiera de ellos puede ocupar el primer lugar, según los casos:
PRIMERO: Falta de demanda en el mercado del cliente que le era el habitual, el de poder adquisitivo medio.
SEGUNDO: Propiedad atomizada con la consiguiente dificultad en la toma de decisiones a cualquier efecto.
TERCERO: Dependencia total del turoperador para su comercialización desde los comienzos de su explotación turística -casi desde hace cuarenta años- con total ausencia de la más mínima organización administrativa de comercialización en muchos casos (sólo la firma de un contrato cada seis meses o cada año), y falta, en casi todos los casos, de un archivo de clientes llevado con rigurosidad y con autorización del cliente para que las mejoras que efectúe el establecimiento le pueda ser comunicado en su domicilio, así como las nuevas posibilidades de reservar directamente.
CUARTO: Deterioro del entorno dependiente de las administraciones públicas competentes.
ENFOQUE COMERCIAL POSIBLE CONSIDERANDO LAS CUATRO SITUACIONES NEGATIVAS ENUMERADAS.
PRIMERA: El cliente de poder adquisitivo medio y medio-alto está ya casi perdido para la cama extrahotelera de Playa del inglés y el cliente de bajo poder adquisitivo, que hoy la ocupa casi en su totalidad, debe ir siendo sustituido paulatinamente por clientela de salud, entre mayores y discapacitados físicos. El ganarse esta clientela requiere, además de acondicionar la urbanización para poder recibirla como se indica a lo largo de este mini ‘serial’, una promoción específica en esta línea resaltando la BENIGNIDAD DEL CLIMA para todas las personas afectadas de dolencias propias de las personas mayores como pueden ser reúma y artritis en invierno e intolerancia a altas temperaturas en verano, como suele haberlas en otros destinos turísticos del Mediterráneo, por ejemplo, tan problemáticas para no pocos mayores quienes encuentran aquí lo que en ningún otro lugar a cuatro horas de centro Europa pueden tener. (Por lo menos hasta que entre en auge la cercana costa de Marruecos que disfruta de un clima casi como el nuestro). Gran Canaria está legitimada para utilizar el eslogan de “EL MEJOR CLIMA DEL MUNDO” sin incurrir en publicidad engañosa alguna porque ostenta este galardón otorgado por la universidad de Syracussa de los EE.UU para Las Palmas de gran Canaria y de la Organización Mundial de la Salud (la OMS) para la costa de Mogán, por tanto debe ser utilizado promocionalmente con suma relevancia, contundencia y repetición en toda nuestra actividad de captación de clientes. El Patronato de Turismo grancanario está llamado a desempeñar un papel decisivo para proyectar a Playa del Inglés como el destino ideal y único en Europa para turismo de salud. Los ocho millones de jubilados que tenemos en España, un país de 44 millones de habitantes, nos puede dar una idea del segmento de clientes potenciales que tenemos al alcance de la mano en la Comunidad Europea. Como quiera que esta clientela tenderá a pasar aquí estancias superiores a la de una o dos semanas hoy habitual, la oficina de turismo del Yumbo en Playa del Inglés deberá ser habilitada de forma que pueda asumir las funciones de coordinar actividades lúdicas para personas mayores que hagan posible encuentros sociales y posibilidades de bailes en horarios acorde con la edad. También deben organizar encuentros deportivos -basket ball, por ejemplo- entre discapacitados físicos en sillas de rueda con proyección informativa en las revistas especializadas de esta materia en Europa. Una vez estén instalados los ascensores a la playa, y mientras Costa desarrolla las mejoras que tiene en proyecto en dicha playa, deberán habilitarse plataformas en la playa de planchas de policarbonato, u otro plástico duro, desmontables para acomodarse a cualquier circunstancia, de forma que el discapacitado pueda también disfrutar de ella. Estos y cualquier otras iniciativas que se tomen al respecto deben tener una proyección periodística, no para el consumo interno en la prensa insular que pocos clientes puede aportar sino en la prensa o revistas europeas especializadas en estas materias.
SEGUNDA: El problema de la atomización de la propiedad de la cama extrahotelera para la toma de decisiones es de difícil solución; la salida tal vez pueda producirse cuando esa propiedad vea una actitud emprendedora por parte de las tres administraciones involucradas con hechos y no sólo buenas intenciones, cosa que podría motivar a esta atomizada propiedad a volver a apostar por el turismo invirtiendo en la puesta al día de su propiedad, cerrándose así la puerta a la ‘residencialización’ que tan negativa puede resultar para Playa del Inglés.
TERCERA: Sin salirse precipitadamente del ‘paraguas’ de los turoperadores, los establecimientos turísticos tienen que ir estructurando ya sus propios canales de venta de sus camas aprovechando la inigualable situación positiva y de ventaja que les ofrece el binomio vuelos baratos-reservas directas del cliente vía internet. Este concepto es ya una exigencia del mercado y hay que aceptarlo como tal y con el máximo optimismo, máxime cuando es el único sistema que a medio plaza dará tranquilidad y sosiego al propietario de la cama turística, quien tendrá en sus manos la influencia directa sobre la venta de su producto y ocupará sus camas si las sabe vender bien y se rodea de profesionales para ello. Los complejos con pocas camas tendrán posiblemente que ir a una comercialización unida con otros complejos en la misma situación con el fin de compartir los gastos de esta partida, ineludible en cualquier empresa aunque inexistente desde siempre en casi todas las actividades extrahoteleras de Playa del Inglés.
CUARTA: En lo que al deterioro del entorno se refiere, se puede decir con escaso margen de error que en todo este problema nadie tiene más razones para volcarse en el resurgimiento de la Playa del Inglés que las tres administraciones que tienen que ver con ella porque son ellas las principales culpables de la situación de degradación y deterioro a que ha llegado un destino turístico que por su clima fue el punto de encuentro, especialmente en invierno, de toda Europa y eso hace tiempo que ha pasado a la Historia, aunque manteniéndose el principal activo intocable, el CLIMA, no está dicho que no se pueda volver a recuperar una parte importante de ese pasado. Ahora hacen falta hechos concretos y actuaciones para solucionar los problemas existentes.
Aquí dejo una ‘Hoja de Ruta’ compuesta de doce mini ‘capítulos’ que recogen doce críticas y doce soluciones. Ahora corresponde a quienes corresponda -tanto si han tenido algo que ver con la situación de degradación ambiental a que ha llegado Playa del Ingles como si no- el tomar las decisiones oportunas para que vuelva la ilusión y la esperanza a la gente emprendedora en la zona turística sureña. No olviden que tienen un aliado que no les traicionará: EL CLIMA, EL MEJOR CLIMA DEL MUNDO, AVALADO POR LA UNIVERSIDAD DE SYRACUSSA Y LA OMS.
Las Palmas de Gran Canaria, 15 de noviembre de 2007.
Daniel Garzón Luna
Mismo artículo con imágenes en mis páginas Web: http://danielgarzonluna.blogspot.com/, y http://zxcvbn14.spaces.live.com/,

lunes, 5 de noviembre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y XI)




LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y XI)
LA REGENERACION DE PLAYAS EN LA ZONA TURISTICA SUREÑA
El mundillo turístico del Municipio de San Bartolomé de Tirajana, dentro de la ola de pesimismo en que está inmerso el sector, tiene dos grandes razones para estar de enhorabuena; una de ellas es la expansión, ya imparable y que nada tiene que ver con iniciativas grancanarias, de los vuelos de bajo coste o baratos que ha convertido el transporte aéreo en algo así como tranvías aéreos y coloca a las islas a las puertas de cualquier ciudad europea en lo que a precios se refiere, lo que quiere decir que ha desaparecido ‘la distancia’ económica entre Canarias y cualquier país de la CEE; la otra es de muchísimo más calado y tendrá una repercusión inmensa en la calidad de nuestra oferta e imagen con la consiguiente mejora de la demanda en el mercado turístico europeo hacia Gran Canaria, especialmente hacia el Sur. Se trata, ni más ni menos, que de la decidida apuesta del Departamento de Costas del Gobierno de la Nación por el turismo grancanario, lo más positivo que le ha podido ocurrir a este sector en décadas. No es nada nuevo que ha existido siempre un divorcio en Gran Canaria entre el Departamento de Costas y el turismo que ha repercutido de forma muy negativa en el acondicionamiento y mejora de las playas de todo el litoral sureño. Para constatar este hecho no hay más que coger fotos de las playas del Municipio de San Bartolomé de Tirajana de hace cuarenta años, desde la de Bahía Feliz hasta la de Meloneras, y cotejarlas con fotos del momento y se podrá observar que, en lo que a mejoras de las mismas se refiere por parte de Costas, no se ha movido ni una sola piedra. Los mismos callaos que estaban allí hace cuarenta años siguen allí hoy porque las veces que las mareas se los han llevado los ha devuelto poco después. La actitud de Costas con relación a la explotación de las playas en beneficio del turismo, a juzgar por las informaciones que están apareciendo en la prensa local últimamente, ha cambiado totalmente hacia lo positivo, precisamente en un momento crucial para el sector más importante de nuestra economía; todo da a entender que Costas ha tomado conciencia de la importancia que el turismo tiene para la vida económica de Gran Canaria, la situación de declive y regresión en que se encuentra inmersa el pilar base de esa economía, la imperiosa necesidad que tiene de catapultar su imagen en los mercados europeos y ha decidido -lo publicado al respecto no deja lugar a la duda- ‘echar una mano’ y coadyuvar a reflotar la nave turística grancanaria aportando su ‘pella’ de arena para volver a colocar a la nave en condiciones de navegar y competir.
No obstante, esta gran noticia, de la que debería congratularse toda la Isla de Gran Canaria pues viene a insuflar optimismo y esperanza al sector turístico tan necesitado de ella en estos momentos, tiene sus sombras y esta vez las sombras las proyecta la Consejería de Medio Ambiente de Canarias que, según los hechos recientes, está dispuesta a vetar que la arena necesaria para regenerar y acondicionar para su explotación turística las playas del Sur grancanario sea sacada del banco de arena que existe en el mar a unos 5.000 metros del puerto de Pasito Blanco, el único punto posible donde hay y se puede extraer del mar las cantidades de arena necesarias para este gran y necesario proyecto dentro de nuestro entorno marino. Como es de suponer, cualquier mente medianamente lúcida pensará que las razones que tendrá la Consejería de Medio Ambiente canaria para oponerse a unos proyectos de regeneración y habilitación de playas de semejante envergadura e importancia deben ser de muchísimo peso porque, estando en juego una inversión del orden de los 30 millones de euros (unos 5.000 millones de las antiguas pesetas) entre los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, y los garbanzos de tantísima gente que está a la expectativa de un puesto de trabajo - sólo hay que leer los periódicos de papel grancanarios del pasado día 3 para enterarse que el 30% de los ciudadanos grancanarios viven por debajo del umbral de la pobreza-, sería extremadamente difícil de explicar a la ciudadanía por parte del Departamento de Medio Ambiente canario que se torpedee semejante iniciativa, que tantísimo puede contribuir a un aumento de las posibilidades de empleo para los 70.000 ciudadanos grancanario que están en las listas del desempleo. ¿Y cuáles son esas razones de tanto peso de Medio Ambiente para vetar semejante proyecto no autorizando la extracción de arena del banco de Pasito Blanco, puede que se pregunte el lector? Esas ‘imperiosas’ razones son: LA TORTUGA BOBA Y EL DELFÍN MULAR, individuos éstos que, según Medio Ambiente, están en peligro de extinción y no tienen otro sitio en las inmensidades de los océanos donde reproducirse y lo tienen que hacer en la costa de Gran Canaria, por lo que, si se quita ese banco de arena, estos dignísimos animalitos tal vez dejen de reproducirse en Gran Canaria y, por lo visto, no queda otro sitio en lo largo y ancho de los Océanos donde puedan hacerlo. Es decir, pasando por alto la urgentísima necesidad que tiene Gran Canaria de regenerar las playas existentes que lo necesiten y habilitar con arena las que no la tienen de forma que vuelva a proyectar su imagen turística como destino renovado, nos sale el fundamentalismo de Medio Ambiente canario y torpedea la iniciativa como si eso fuera lo más normal del mundo y aquí no pasa nada porque así lo han decido unos cuantos iluminados de ese Departamento, más comprometidos con una hipotética extinción de la tortuga boba que con la cruda realidad de la situación de parálisis en que está inmerso el sector turístico grancanario, el único sector de nuestra economía que puede dar solución, si se recupera, a los 70.000 desempleados que tenemos en Gran Canaria, más los 50.000 que están en ‘lista de espera’ y se le sumarán si el Sur no levanta cabeza y se impone la ‘residencialización’ de Playa del Inglés sobre la explotación turística, panorama que tendremos en el transcurrir de cinco años si se siguen torpedeando iniciativas de suma importancia para Gran Canaria como son las que ha puesto en marcha Costas con la regeneración de las playas sureñas, la negación y torpedeo sistemático a proyectos de puertos deportivos y zancadillas permanente al aumento de los campos de golf.
Por otra parte, ha lugar a mencionar que ese banco de arena tan sublimado por Medio Ambiente, al igual que las playas naturales como la del Inglés-Maspalomas, por ejemplo, cada vez que hay temporal con mar de fondo se quedan sin arena en el litoral bañado por el mar, arena que, como hemos visto no pocas veces en las Playas de Maspalomas, San Agustín, Taurito y otras, el mar vuelve a traer a las pocas semanas. Por tanto, ese banco de arena de Pasito Blanco no es una excepción y es disuelto en las aguas y desaparece innumerables veces en cuantías superiores a la que proyecta extraer Costas, prácticamente cada vez que hay tempestad con mar de fondo, para volver a ser reintegrado a su lugar cuando el mar vuelve a su trabajo habitual. La arena que pueda sacarse de ese banco para las playas grancanarias volverá a ser repuesta por el mar porque se da la circunstancia que el mar es la mayor fábrica productora de arena que existe sobre el globo y arena le sobre para dejar y tomar. Con esto quiero decir que es de un absurdo colosal el parar semejante iniciativa con ese argumento, habiendo lugar a mencionar que la Consejería de Medio Ambiente canaria debe tener clarísimo que con este veto a la extracción de arena del banco de Pasito Blanco, con argumentos tan pueriles como son la protección de la tortuga boba y el delfín mular, está actuando en contra del resurgimiento turístico de Gran Canaria, dado el no insignificante papel que las playas juegan en ello, y, consecuentemente, contra los legítimos intereses de toda la ciudadanía grancanaria.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2007.e
Daniel Garzón Luna
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viernes, 2 de noviembre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y X)





























LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y X)
MOBILIARIO URBANO EN PLAYA DEL INGLÉS
Cuando se habla de la operación de puesta al día de la zona turística del Sur se habla de rehabilitación y en el caso del mobiliario urbano de Playa del Inglés no se puede hablar de rehabilitación sino de habilitación puesto que no hay mobiliario urbano alguno que merezca tal nombre y el que hay es puramente testimonial; por tanto aquí tenemos una ciudad eminentemente turística de unos 15 Kms. cuadrados (Telde, la segunda ciudad de Gran Canaria, tiene 32 Kms. 2), con una población de unos 130.000 habitantes entre población flotante que pernocta y suministradores de servicios, que sólo tiene un par de docenas de bancos situados entre el Parque Tropical y la Kasbah, además de algún que otro en el trozo de paseo marítimo desde el Parque Tropical hasta el Hotel Dunamar; todo lo demás en las vías públicas, incluido el paseo marítimo desde el Hotel Sahara Playa hasta el Hotel Rio Palace, son hormigón, cemento, anuncios de uno u otro signo, papeleras, señales de tráfico y los árboles que, aunque fueron plantados diminutos hace unos veinticinco años, ya han alcanzado la ‘mayoría de edad’ y ornamentan algo; ¡menos da una piedra! Esto quiere decir que un turista que se aloje en un establecimiento en las cercanías del Yumbo, por ejemplo, si se le apetece pasear desde su alojamiento hasta el mirador de la bajada al Campo Internacional no tiene absolutamente ningún banco donde sentarse, ni a cobrar aliento ni a recrearse ni a soñar despierto; esto es extrapolable a toda, o casi toda la Playa del Inglés. ¿Consecuencias de este panorama inhóspito de asfalto y hormigón de todos los viales de la ciudad turística? Pues simplemente que el turista no pasea por Playa del Inglés, no disfruta de su entorno porque el entorno no da pie para ello; el turista camina y va a sitios pero no pasea; no es frecuente la imagen de turistas paseando indolentemente por las amplias vías de las últimas fases de Playa del Inglés o charlando sentados en un banco, factores más que chocantes si consideramos que en tiempos de alta ocupación pueden estar alojadas cien mil personas en la urbanización y que casi todas han venido para disfrutar del clima y del aire libre.
El lector tal vez se pregunte: ¿qué más da que paseen o no paseen por la urbanización, si lo importante es que sigan viniendo? Aquí está el quid de la cuestión: lo importante es que sigan viniendo, pero la realidad es que hemos dejado de tener garantizada esa afluencia y, por tanto, hay que reconducir la situación y orientarla de forma que ofrezcamos al visitante, además de nuestro clima que es el mejor del mundo avalado por instituciones internacionales como la OMS entre ellas, cosas tan simples y por descontado como son escaleras mecánicas y ascensores para bajar y subir de la playa, guaguas urbanas para desplazarse sin destino fijo por toda la zona turística y pueblos aledaños, y, entre otras ‘minucias’, bancos, lo que nunca, nunca, debe faltar en una urbanización turística donde la gente está ociosa y viene a relajarse; ¡bancos por doquier!; el camina o revienta ‘luterano’ no es de aplicación en una inmensa ciudad turística; sólo el pensar que después de casi cuarenta años que comenzó la explotación turística de Playa del Inglés al día de hoy haya que dar un toque de atención sobre la ausencia de bancos en la inmensa urbanización, una ciudad con todas las de la ley, parece cosa de otra galaxia.
Y bien, ¿Cuál podría ser la solución a esta situación de déficit de mobiliario urbano en Playa del Inglés? Podemos decir que la falta de bancos no es la causa por sí sola que ha motivado la regresión de la demanda en el mercado turístico de Playa del Inglés, como tampoco ninguna de las otras motivaciones por separado enumeradas en el párrafo anterior, pero sí podemos asegurar que las antes citadas y otras no citadas sí lo han motivado y es la enfermedad que la aqueja y a la que hay que buscarle cura, por tanto, en lo que a la solución para la situación actual en que se encuentra el mobiliario urbano de la zona turística se refiere, especialmente en Playa del Inglés, voy a aventurarme a sugerir lo siguiente:
Según me cuentan, las arcas del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana no están muy boyantes precisamente pues la gran parte de los ingresos se van en gastos de personal, por lo tanto, como es un problema de todos el que Playa del Inglés recobre sus constantes vitales, y dado que tenemos el mas fiel aliado que nunca nos deja tirado que es el clima, podemos afrontar la situación con optimismo ya que, a juzgar por los mensajes que salen casi a diario de los órganos rectores del Cabildo, hay justificadas razones para este optimismo y tener confianza en que asuntos tan ‘baladíes’ como es ‘vestir’ las calles de la ciudad turística Playa del Inglés, que lleva ‘impúdicamente desnuda’ casi cuarenta años, tanto en lo concerniente a la habilitación de bancos como al ornato de macetones con flores perennes y de una misma flor para cada calle, tengan una inmediata solución dado que el llevarla a efecto no implica más proyecto -caso que fuese necesario- que el que corresponda hacer a un arquitecto o decorador de exteriores, aprobación del pertinente presupuesto por la Comisión de Gobierno del Consistorio, por el Cabildo y, a renglón seguido, petición a la consejera de Turismo del Gobierno autónomo para que libere los veinte millones de euros aún pendientes de invertir de la asignación al municipio de San Bartolomé de Tirajana dentro del Plan de Inversión en Infraestructuras Turísticas correspondiente al período 2001/2006, millones que están a la espera de proyectos para su adjudicación, según las repetidas declaraciones a la prensa de la señora consejera. No hace falta más parafernalia burocrática para que esos dineros tengan una aplicación justificadísima y de inmediata repercusión en la imagen de los exteriores de Playa del Inglés. Nos quedaríamos con la boca abierta si pudiéramos ver la cantidad de turistas enamorados que se harían fotos en ese entorno de bancos y flores y que se llevarían como recuerdo de Playa del Inglés. ¿Utopía? No, de ninguna manera; lo acaba de hacer público el vicepresidente del Cabildo: “TURISMO: LA HORA DE ACTUAR” (La Provincia/Diario de Las Palmas de 28-10-2007), así es que, ¡manos a la obra! y a liberar esas perras para bancos y macetones, para comenzar, para toda Playa del Inglés, El Veril, Las Flores y San Agustín.
Con relación a lo que aportará el Ayuntamiento a esta operación como mayor ‘doliente’, es de esperar que, si el Gobierno y Cabildo le ‘visten’ las calles, que se ocupe del mantenimiento y riego como es debido y no tengan que ir otra vez ‘los bomberos’ dentro de unos años con un ‘plan de choque’ a plantar nuevas flores y reparar y pintar bancos cargados de mugre. Además, en lo que a la confección de la lista de necesidades ‘bancarias’ se refiere, hay una exigencia de la ciudadanía que es de ‘obligado cumplimiento’: dos docenas de bancos para el pueblo de San Fernando para que sus viejos, los que han hecho posible con su trabajo a lo largo de muchos años el que Playa del Inglés dé hoy en día de comer a media Isla, tengan bancos donde sentarse y no tengan que esperar turno apoyados en un bastón a que se quede libre una plaza en el único banco existente en el vecindario. En segundo lugar, y referente a lo más valorado por nuestros visitante, la limpieza, ha lugar a llamar la atención sobre la acumulación de basuras en el palmeral que está enfrente del restaurante “La Viuda de Franco” pues cientos de turistas que allí cogen la guagua diariamente para ir a Puerto Rico la cogerán con mejor ánimo si no tienen que llevarse ‘archivado’ la imagen de deterioro y dejadez que representa ese escaparate de basuras . Para quitar basuras no hacen falta proyectos ni aprobaciones camerales previas de ningún tipo.
Por supuesto que puede ocurrir que a la hora de la verdad los dineros para bancos no aparezcan por ninguna parte, bien porque falte la firma de la consejera porque pueda estar de vacaciones en Lanzarote o porque falte una firma de Tenerife, en cuyo caso siempre queda la posibilidad de recurrir al patrocinio de proveedores de la zona turística o a turoperadores con calles que lleven sus nombres pues dudo mucho que no estén dispuestos a financiar bancos para vestirlas si se les coloca sus respectivos logotipos y hay compromiso de restaurarlos si el desaprensivo vandalismo los destruyera.
Sería un paso de gigante que las próximas Navidades la zona turística, especialmente Playa del Inglés, reciba a nuestros visitantes con un buen ‘traje’ en todas sus calles y avenidas.
Las Palmas de Gran Canaria, 2 de noviembre de 2007-
PRÓXIMO ‘CAPÍTULO’ (XI): REGENERACIÓN DE PLAYAS DE LA ZONA TURISTICA SUREÑA
Daniel Garzón Luna
Mismo artículo con imagen en mis páginas Web: http://danielgarzonluna@terra.es/, y http://zxcvbn14.spaces.live.com/,

lunes, 29 de octubre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y IX)




LA NAVE TURISTICA GRANCANARIA: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y IX)
EL TRÁFICO EN PLAYA DEL INGLÉS (ZONAS AZULES)
La implantación de zonas azules en la zona turística sureña no ha sido una decisión muy afortunada precisamente; un craso error que, a mi criterio, debe ser rectificado. Me explico:
Como es bien sabido, los mallorquines decidieron en recientes fechas pasadas el imponer una tasa a todo turista que fuese a Baleares a ‘ensuciar’ sus islas y pusieron esa tasa ‘progresista’ que fue denominada “Ecotasa”. Es decir, unos señores que iban a pasar sus vacaciones a Mallorca de todas las partes de Europa, que gastaban allí su dinero y daban ocupación a casi toda Mallorca, fueron penalizados con un impuesto o gasto complementario llamado “ecológico”, que nada tenía que ver con las tasas aeroportuarias, sólo por pisar Mallorca. Visto desde aquí fríamente, a esto se le puede definir como creerse el ombligo del mundo y que la gente tenía que ir allí a pasar sus vacaciones porque no había ningún otro sitio donde ir. Las consecuencias no se hicieron esperar y fueron devastadoras por el rechazo que el mentado impuesto tuvo en el mercado turístico europeo, especialmente en el alemán, turistas siempre fieles a Mallorca. La crítica que semejante medida tuvo en la prensa europea fue fuertísima y la demanda hacia Mallorca descendió drásticamente, el sector turístico tuvo que bajar precios para conseguir clientes y tan pronto hubo un cambio en la mentalidad regidora del Gobierno balear el impuesto fue suprimido y Mallorca recuperó en el mercado europeo su auge perdido. Ingresaron varios millones por la “Ecotasa” pero dejaron de ingresar muchísimos millones por la regresión en el número de visitantes y por la bajada de precios en el paquete turístico.
¿Y qué tiene que ver la “Ecotasa” mallorquina con las zonas azules de la zona turística sureña y, especialmente con Playa del Inglés, se preguntará el lector? No son la misma cosa pero es casi lo mismo porque ambas han incidido en la demanda del mercado; la primera de efectos inmediatos y la segunda de forma larvada. Veamos:
La zona turística de nuestro Sur es como una inmensa fábrica de la que vive casi toda la Isla y en la que nosotros fabricamos un producto que se llama servicios; todos los servicios con los que una persona ociosa y en vacaciones puede ocuparse o ocuparle durante días o semanas, según su período de vacaciones; esto quiere decir que todo el que trabaja en Playa del Inglés o da un servicio de suministro de géneros a la zona turística es parte activa en la confección del producto-servicios que nosotros vendemos a un cliente muy especial que se llama turista y que se desplaza desde miles de kilómetros para venir aquí a comprar nuestro producto. Cuando este cliente nos falla, bien porque han salido otros productos al mercado más modernos y a mejor precio o porque hemos perdido nuestro atractivo para el cliente, entramos en un proceso regresivo de la demanda que afecta esencialmente a las ochenta mil camas extrahoteleras de nuestra principal zona turística, las cuales tienen que venderse a bajo precio para conseguir clientes, entrando así en el circulo vicioso en el que nos encontramos inmersos desde hace varios años, situación que nos ha llevado a tener que aceptar para esa ingente cantidad de camas la clientela de más bajo poder adquisitivo del mercado turístico europeo.
Ahora tal vez se pregunte el lector: ¿qué tienen que ver las zonas azules en todo este asunto? Las zonas azules de la zona turística, si bien no alcanzan el gran despropósito de la “Ecotasa” balear, es un ‘impuesto’ anti-comercial que se impuso con excesiva alegría en la zona turista y que afecta tanto al turista como al trabajador que ejerce su actividad en Playa del Inglés. Es la primera gran ‘fábrica’ donde se penaliza con un ‘impuesto’ por aparcamiento a un cliente, el turista, que viene a comprar el producto que esa ‘fábrica’ produce y comercializa y, también, penaliza por la misma vía al trabajador y suministrador de materia prima que confecciona el producto y que mantiene su vehículo estacionado en el ‘parking’ de la ‘fábrica’ durante su jornada de trabajo o durante la descarga de géneros. No olvidemos que, además de las cuatro perras que el turista tiene que meter en el parquímetro, el aparcamiento en zona azul es con frecuencia una fuente de tensión para nuestros visitante, tanto por el cumplimiento del horario elegido, del cual tiene que estar pendiente, como por la posible desagradable sorpresa de encontrarse una multa municipal por incumplimiento de algo relacionado con el pago del estacionamiento del vehículo o no encontrar el vehículo en absoluto por habérselo llevado la grúa. Los aparcamientos en zonas azules para los turistas que se alquilan coches de alquiler pueden estar ligados en muchísimos casos a situaciones desagradables y de tensión para el turista que hace uso de este servicio, el cual es por lo demás muy necesario porque el turista que lo utiliza recorre la Isla, conoce sus diferentes atractivos y hace gasto también en otros pueblos alejados de la zona turística. Cuando se producen situaciones como las antes mencionadas, el turista se encuentra perplejo, sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse y con el consiguiente cabreo.
¿Alguna forma de reconducir esta situación? Es de suponer que la solución de este problema -que sin ser la causa de la regresión en la demanda que aqueja a Playa del Inglés no hay duda que ha contribuido a ella- pasa por la no renovación de la concesión de los aparcamientos a empresa explotadora alguna, si su caducidad es a corto plazo, y, si no es este el caso, a su revocación mediante negociación justa y sin prepotencia, si el Consistorio está en situación económica de afrontar la pertinente indemnización.
Como es de suponer, quienesquiera que hayan tomado la iniciativa de imponer las zonas azules en la zona turística la defenderán con tropecientos argumentos pero si se toman el tiempo de informarse de cómo se siente el turista que le toca vivir alguna de las situaciones antes citadas se dará cuenta que la decisión fue un craso error, error que debe ser subsanado. En todo caso, la disminución de ingresos que pueda tener el Consistorio por este concepto tal vez se lo pueda compensar el Cabildo incluyéndolo como justificado gasto de promoción, sólo extensible hasta la fecha en que San Bartolomé de Tirajana cuente como municipio turístico con la asignación presupuestaria por todos sus habitantes, los de derecho y también los de hecho, (residentes y turistas) por parte del Gobierno.
Suprimir las zonas azules es necesario porque debemos tener claro que la zona turística sureña degradada no se recuperará por sí misma; hay que recuperarla con decisiones por parte de quienes están en los puestos políticos para poder tomarlas.
Las Palmas de G.C., 27 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna
PRÓXIMO ‘CAPÍTULO’ (X): MOBILIARIO URBANO EN PLAYA DEL INGLÉS
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miércoles, 24 de octubre de 2007

PLAYA DEL INGLES EN MARCHA, ¡FELICITACIONES!




Entre trueno y trueno.......un día completo de sol.


Mis felicitaciones a la Corporación Municipal. Las imagenes valen más que mil palabras.

martes, 23 de octubre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VIII) EL RUIDO EN LA ZONA TURISTICA











RUIDO EN LA ZONA TURÍSTICA
El ruido es un serio problema de salud pública y el mayor enemigo ambiental del ciudadano de la urbe. Así le consta a la OMS (la Organización Mundial de la Salud) cuyo informe del año 2006, del cual se hizo eco la prestigiosa revista “New Scientist”, hace saber que murieron en dicho año 7.000.000 de personas por ataques cardíacos de las cuales 210.000 tuvieron su motivación en el ruido. El ruido constante y desproporcionado ejerce, según este informe científico de la OMS, una acción devastadora sobre el sistema nervioso que origina problemas cardiovasculares a muchísimas personas. En Europa tan solo el ruido del tráfico contribuye en un 3% a los ataques cardíacos o apopléjicos que se producen.
¿Y qué tiene que ver esta historia con la decadencia de Playa de Playa del Inglés, se preguntará el Lector? Tiene mucho que ver, muchísimo diría yo; incluso me aventuro a aseverar que el enemigo que más daño ha hecho a la zona turística grancanaria, especialmente a Playa del Inglés, ha sido el ruido. Es casi imposible cuantificar el número de turistas que hemos perdido a consecuencia de una cosa aparentemente tan simple como el ruido y digo lo de ‘aparentemente’ porque se da la circunstancia que donde quiera que vayamos impera la ‘ley del ruido’ y ya lo tomamos por descontado. No obstante, lo que nosotros creemos que es normal -no en vano somos el primer país después de Japón con el mayor grado de contaminación acústica del mundo- no tiene necesariamente que creerlo también nuestro visitante y, de hecho, no sólo no lo cree sino que lo rechaza de plano y, además de rechazarlo, toma ‘sus medidas’ para no sufrirlo que son, simple y llanamente, no repetir su estancia entre nosotros ni recomendarnos. El ciudadano de cualquier urbe, Las Palmas capital por ejemplo, sufre diariamente el atronador ruido del tráfico -gran parte de ese ruido suprimible si las autoridades municipales estuvieran a la altura del problema, que no lo han estado en Las Palmas de Gran Canaria en ningún mandato anterior ni lo están en el presente, aunque con tan sólo tres meses de mandato sea prematuro el denunciarlo- y no tiene más remedio que aguantarlo por la simple razón que es su lugar de residencia y está atrapado en una trampa de la que no puede inhibirse. Esta situación de ‘enjaulado’ dentro del estruendo del tráfico del habitante de las Palmas capital -tomada como ejemplo- no es extrapolable al turista-habitante del Sur de la Isla porque éste lo tiene más fácil, es decir, si durante su estancia de una o dos semanas en Playa del Inglés no puede dormir bien y relajarse, que es para lo que la gran mayoría ha venido, pues entonces no vuelve más y ‘su problema’, que es problema nuestro porque nosotros se lo hemos endorsado durante su estancia aquí, queda resuelto. No repite y, además, cuando cuente las vivencias de sus vacaciones en Playa del Inglés éstas tendrán colgadas la etiqueta del ruido.
Consecuentemente, y porque las cosas están así y no de otra manera, podemos aseverar que el ruido es el enemigo público número uno de Playa del Inglés y un ‘enemigo’ a abatir; este problema exige una solución porque, de lo contrario, nos podemos olvidar totalmente de la salida posible del turismo de salud y seguir por la pendiente hacia la ‘residencialización’ de la zona turística sureña que pronto irá cubriéndose de una nebulosa de inquilinos variopintos de poder adquisitivo bajo que irá envolviéndola bajo su manto y ‘contaminando’ a lo que quede con categoría y calidad. Los establecimientos de calidad estarán abocados a convertirse en ‘guetos’ rodeados de ‘jungla’ y esa imagen no se vende bien. ¿Y cuál podría ser la solución de este problema del ruido que, dentro de los no pocos que aquejan a Playa del Inglés, parece ser el más acuciante por la tortura acústica que ejerce sobre nuestros huéspedes? La solución de este problema es municipal, ESTRICTAMENTE MUNICIPAL; pocas veces está en las manos de la Corporación Municipal el solucionar por sí misma y de INMEDIATO un problema que tantísimo daño ha hecho y hace a su zona turística. La Corporación Municipal está facultada para tomar decisiones, con el respaldo de lo estipulado en la Normativa de Contaminación Acústica Ambiental de la CEE, sobre todo lo que afecte negativamente a la convivencia de sus ciudadanos o resulte perjudicial para el municipio en materia de ruido; no hace falta ningún ‘Plan General contra el Ruido’ aprobado por el Parlamento para tomar decisiones al respecto, y, si bien la CEE marca un máximo de 65 decibelios durante el día y 55 por la noche para la vía pública, no quita la incuestionable potestad de la Corporación Municipal para establecer los decibelios que estime por conveniente dentro de la zona turística y restringir la circulación por ella de todo vehículo que la sobrepase. A este respecto la OMS coincide plenamente con la Normativa de la CEE en los topes de permisividad al ruido. No faltan Corporaciones que llegan incluso a convertir zonas determinadas de sus respectivas ciudades en estrictamente peatonales.
A continuación cito algunas actuaciones que, a mi criterio, deben ser tomadas de INMEDIATO y con carácter urgente para reconducir considerablemente la contaminación acústica en el hábitat de Playa del Inglés a parámetros razonables. Veamos:
1) Prohibición absoluta durante todo el día de toda motocicleta, o CUALQUIER OTRO VEHÍCULO, con escape libre o defectuoso en la emisión de ruido. Después de la pertinente publicación del Edicto sobre el particular, todo vehículo que sea sorprendido por la policía municipal circulando por la zona turística contraviniendo esta disposición deberá ser detenido y retirado de la vía pública por la grúa municipal, sin contemplaciones.
2) Prohibición absoluta de entrada en Playa del Inglés de motos, ESPECIALMENTE LAS DE GRAN CILINDRADA, a partir de las 21,00 y hasta las 8,00 horas; esta medida es de fácil aplicación pues Playa del inglés sólo tiene tres posibles entradas de acceso para vehículos. Deben ser excluidas de esta normativa las motos repartidoras de comidas y otros menesteres a domicilio, siempre y cuando no circulen con escapes libres y trucados sobrepasando los decibelios que estipule la Corporación. También deben ser incluidos en este apartado los coches turbo que contaminen por encima de los 65 decibelios.
3) Prohibición absoluta de emisión de música al aire libre en la zona turística a partir de las 22,00 horas, salvo en eventos especiales y previamente autorizados. (En el próximo ‘capítulo’ me extenderé algo más sobre la música).
Huelga el mencionar que quienquiera que tenga necesidad de satisfacer su ego haciéndose notar por medio del ruido tiene una maravillosa autopista a su disposición a un kilómetro de distancia de Playa del Inglés; nuestros visitantes y todos los que viven del turismo no tienen porqué sufrir y padecer los complejos personales de nadie, y, como mencioné con anterioridad, las medidas a aplicar conta el ruido por la Corporación Municipal están contempladas dentro de la Normativa europea al respecto, estando ésta totalmente legitimada para aplicarlas con la contundencia que requiera la gravedad del problema que el ruido ha originado y origina a la zona turística. Por supuesto que siempre habrá gente que no dejará de tildar a la Corporación Municipal de ‘fundamentalista’ cuando aplique las normas con contundencia pero no hay que olvidar en todo ello que el ruido a discreción nos ha hecho perder clientes por un tubo y no se puede seguir permitiendo -y si se hace los responsables de ello no estarán cumpliendo con la defensa de los intereses generales para lo que han sido votados- que un puñado de desaprensivos pongan en pie a toda Playa del Inglés a cualquier hora de la madrugada si les place, solamente con una simple moto o un coche turbo o con un cacharro digno del potrero con el tubo de escape roto. No olvidemos que una motocicleta con el escape trucado o una moto de gran cilindrada lanzan a la atmósfera entre 125 y 150 decibelios y un ruido entra en fase dolorosa a partir de 120 db y a partir de 140 entra en el umbral del dolor, bastando 45 dB para sacar a cualquier persona no drogada del sueño.
Como quiera que de toda la gente que entra y circula por Playa del Inglés el 99 por ciento vive del turismo o depende indirectamente de él y, por tanto, si el ruido es el ‘enemigo’ número uno a abatir, verán agradecidos que la Corporación se ocupa de solucionar los problemas que han puesto a la zona turística, y por consiguiente su medio de vida, en un callejón de difícil salida. Poca gente responsable estará en contra de esta medida y corresponde a la Corporación el difundir de forma continuada su importancia entre la población que se mueve por la zona turística para que cada uno contribuya con su modesta aportación a la mejora de la contaminación acústica en toda la zona, cosa que redundará en clientes más contentos y, por consiguiente, en beneficio de todos. (Ver cuadros de la influencia que ejerce el ruido en el comportamiento de la persona en este ‘capítulo’ de mi página Web).
Las Palmas de G.C., 22 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna
PROXIMO ‘CAPÍTULO’ (y IX): RUIDO EN EL ALOJAMIENTO, MÚSICA, LOCALES NOCTURNOS Y TRÁFICO
MISMO ARTÍCULO CON IMÁGENES EN MI PÁGINA WEB: http://danielgarzonluna.blogspot.com/, y http://zxcvbn14.spaces.live.com/,

jueves, 18 de octubre de 2007

RENOVACIÓN DE LA PLANTA EXTRAHOTELERA OBSOLETA PARA TURISMO DE CALIDAD

RENOVACIÓN DE LA PLANTA EXTRAHOTELERA OBSOLETA PARA TURISMO DE CALIDAD
El diario “Canarias7” del día de hoy, 17 de octubre, publica en su página de “Economía” la decisión del presidente del Gobierno canario de convocar para el próximo viernes, día 19, una cumbre con el sector turístico canario en Fuerteventura para unificar criterios sobre la supuesta crisis turística que ya ha comenzado a exponer su virulencia en San Bartolomé de Tirajana donde en cuestión de semanas han cerrado sus puertas treinta bares y restaurantes de su zona turística, todo ello teniendo en puertas como tenemos el comienzo de la temporada alta por excelencia, o, por lo menos, la que siempre fue alta.
Sobre esta cumbre y lo publicado sobre ella en el referido diario, merece una especial mención lo que el Gobierno tiene en mente llevar a esa reunión y, como quiera que va a ser el tema de fondo de este comentario, transcribo literalmente un trozo de lo publicado. Dice:
“Por su parte, el Ejecutivo reclama al sector privado un esfuerzo por acabar con la planta turística obsoleta utilizando los recursos de la Reserva de Inversiones de Canarias (Ric). El Gobierno apuesta por avanzar hacia un turismo de calidad pero este objetivo choca con el deterioro de la planta extrahotelera. La cumbre turística también será el escenario ideal para aclarar la posición del Gobierno sobre el futuro de la moratoria turística”.
En este pequeño trozo de la información publicada se condensa toda la situación de decadencia sobrevenida a la zona turística del Sur grancanario, su estancamiento en los mercados emisores de turismo y su proyección de futuro. Me explico: Como es bien sabido, las 80.000 camas extrahoteleras de la zona turística sureña, la mayor parte de ellas necesitadas de renovación, están en manos de muchísimos propietarios de apartamentos y bungalows que están en la explotación turística bajo el concepto de comunidad que, a su vez, y en la mayoría de los casos, tiene alquilado el complejo a una empresa turística explotadora del mismo. No me consta que propietario alguno de cama extrahotelera explotada turísticamente en comunidad se haya podido acoger a los beneficios que contempla la RIC como es el caso de una empresa hotelera o extrahotelera cualquiera que explota, como empresa, su propio establecimiento. Consecuentemente, el renovar la planta extrahotelera con dineros de la RIC, en el supuesto citado que es casi general, está totalmente fuera de lugar y falta de realismo pues la RIC no contempla como beneficiarios a contribuyentes del IRPF que son casi todos los propietarios de la cama extrahotelera. La renovación de la planta extrahotelera pasa inexorablemente por inversión en el inmueble por la propiedad del mismo; no hace falta ser un experto en economía para asumir que esta inversión no se realizará por parte de los propietarios si no hay expectativas reales de rentabilidad, y en caso alguno en aras de satisfacer la política surrealista de algún que otro político que estén empecinados en la misión imposible de meter turismo de calidad o con poder adquisitivo medio alto en apartamentos o bungalows. Ahora la pregunta que uno puede formularse es la siguiente: ¿existen expectativas de rentabilidad para invertir en esa planta extrahotelera obsoleta? Dado la situación de dejadez y abandono en que está sumida la zona turística sureña por parte de las distintas Administraciones resulta aventurado el vaticinar una rentabilidad razonable y a corto plazo, no tanto porque los complejos renovados no encuentren clientela sino porque a esa clientela le apetezca venir a pasar sus vacaciones a una zona degradada en la que la irracionalidad ha llegado hasta el extremo de tener aparcado en caja desde el 2001 ventidos millones de euros del Plan de Calidad de Infraestructura Turística para invertir en infraestructuras en las zonas turísticas del Sur y, según la consejera de Turismo del Gobierno autónomo, no han sido invertido en cinco años. Y, mientras tanto, los turistas bajando y subiendo 75 escalones diariamente en Playa del Inglés para acceder a la playa. ¡Inaudito!
En lo que a la mención de la “apuesta del Gobierno por un turismo de calidad pero este objetivo choca con el deterioro de la planta extrahotelera” se refiere, es realmente de ciencia ficción porque no hay más remedio que preguntarse: ¿tiene el Gobierno un asesor de mercado turístico que le tenga informado de lo que ese mercado pide? ¿De dónde se saca el Gobierno que se puede apostar por el turismo de calidad y se puede ganar esa apuesta con una planta turística extrahotelera cuando ese turismo pide hoteles de cuatro y cinco estrellas y que, además, esta planta extrahotelera no son villas de lujo sino, en gran parte, vulgares apartamentos y bungalows de los años sesenta y setenta? ¿Pretende el Gobierno ganarse ese mercado de calidad con esa planta extrahotelera, aunque se renueve? Indiscutiblemente que, turísticamente, estamos perdiendo el Sur pero en el concepto de política turística hemos perdido el Norte totalmente, no precisamente desde ahora sino del mismísimo día en que se le puso la ‘camisa de fuerza’ a Gran Canaria en su desarrollo turístico hotelero con el primer PIOT de 1995 y se la mantuvo en esa situación inamovible con continuadas decisiones políticas hasta nuestros días.
Con relación a la mención que hace la mentada información sobre la Moratoria o Ley de Directrices, debo decir que esta Ley ha cumplido sobradamente el objetivo que se marcó Tenerife, la isla propulsora de la misma, que fue parar en seco el crecimiento hotelero de las demás islas, especialmente Gran Canaria, una vez que ellos habían alcanzado la meta de crecimiento de camas hoteleras que se habían trazado. El achacar por parte de algunos políticos grancanarios al anterior Gobierno el incumplimiento del desarrollo de la Ley de Directrices, razón por la que la planta extrahotelera obsoleta del Sur no se haya renovado, según ellos, es una pura falacia y ganas de confundir a la ciudadanía; todo el que tiene algo que ver con la libre iniciativa y la libertad de mercado sabe muy bien que el Gobierno no puede obligar a ningún propietario de un apartamento a invertir en él si no le cuadran sus cuentas y tampoco puede el Gobierno acometer por sí mismo y a cargo del presupuesto de la Comunidad Autónoma la renovación de esa planta obsoleta porque, visto desde ese ángulo, también tendría que renovar a cargo del erario público las peluquerías de mi barrio que han perdido la clientela por obsoletas, y, por tanto, esa renovación prevista en las Directrices es de imposible obligado cumplimiento. No se puede ni debe justificar un total fracaso político como ha sido la Ley de las Directrices para Gran Canaria con un argumento tan pueril como es el culpar a otros de la no renovación de la planta extrahotelera de la zona turística. El rectificar es cosa de sabios y el mantener numantinamente un equívoco político del calado de las Directrices es cosa de algunos políticos grancanarios que, a la sombra del desconocimiento de la ciudadanía sobre la materia, mantienen sin pudor la postura del ‘sostennella y no enmendalla’.
Las Palmas de Gran Canaria, 17 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna

RENOVACION DE LA PLANTA EXTRAHOTELERA OBSOLETA PARA TURISMO DE CALIDAD

RENOVACIÓN DE LA PLANTA EXTRAHOTELERA OBSOLETA PARA TURISMO DE CALIDAD

El diario “Canarias7” del día de hoy, 17 de octubre, publica en su página de “Economía” la decisión del presidente del Gobierno canario de convocar para el próximo viernes, día 19, una cumbre con el sector turístico canario en Fuerteventura para unificar criterios sobre la supuesta crisis turística que ya ha comenzado a exponer su virulencia en San Bartolomé de Tirajana donde en cuestión de semanas han cerrado sus puertas treinta bares y restaurantes de su zona turística, todo ello teniendo en puertas como tenemos el comienzo de la temporada alta por excelencia, o, por lo menos, la que siempre fue alta.

Sobre esta cumbre y lo publicado sobre ella en el referido diario, merece una especial mención lo que el Gobierno tiene en mente llevar a esa reunión y, como quiera que va a ser el tema de fondo de este comentario, transcribo literalmente un trozo de lo publicado. Dice:
“Por su parte, el Ejecutivo reclama al sector privado un esfuerzo por acabar con la planta turística obsoleta utilizando los recursos de la Reserva de Inversiones de Canarias (Ric). El Gobierno apuesta por avanzar hacia un turismo de calidad pero este objetivo choca con el deterioro de la planta extrahotelera. La cumbre turística también será el escenario ideal para aclarar la posición del Gobierno sobre el futuro de la moratoria turística”.

En este pequeño trozo de la información publicada se condensa toda la situación de decadencia sobrevenida a la zona turística del Sur grancanario, su estancamiento en los mercados emisores de turismo y su proyección de futuro. Me explico: Como es bien sabido, las 80.000 camas extrahoteleras de la zona turística sureña, la mayor parte de ellas necesitadas de renovación, están en manos de muchísimos propietarios de apartamentos y bungalows que están en la explotación turística bajo el concepto de comunidad que, a su vez, y en la mayoría de los casos, tiene alquilado el complejo a una empresa turística explotadora del mismo. No me consta que propietario alguno de cama extrahotelera explotada turísticamente en comunidad se haya podido acoger a los beneficios que contempla la RIC como es el caso de una empresa hotelera o extrahotelera cualquiera que explota, como empresa, su propio establecimiento. Consecuentemente, el renovar la planta extrahotelera con dineros de la RIC, en el supuesto citado que es casi general, está totalmente fuera de lugar y falta de realismo pues la RIC no contempla como beneficiarios a contribuyentes del IRPF que son casi todos los propietarios de la cama extrahotelera.

La renovación de la planta extrahotelera pasa inexorablemente por inversión en el inmueble por la propiedad del mismo; no hace falta ser un experto en economía para asumir que esta inversión no se realizará por parte de los propietarios si no hay expectativas reales de rentabilidad, y en caso alguno en aras de satisfacer la política surrealista de algún que otro político que estén empecinados en la misión imposible de meter turismo de calidad o con poder adquisitivo medio alto en apartamentos o bungalows.

Ahora la pregunta que uno puede formularse es la siguiente: ¿existen expectativas de rentabilidad para invertir en esa planta extrahotelera obsoleta? Dado la situación de dejadez y abandono en que está sumida la zona turística sureña por parte de las distintas Administraciones resulta aventurado el vaticinar una rentabilidad razonable y a corto plazo, no tanto porque los complejos renovados no encuentren clientela sino porque a esa clientela le apetezca venir a pasar sus vacaciones a una zona degradada en la que la irracionalidad ha llegado hasta el extremo de tener aparcado en caja desde el 2001 ventidos millones de euros del Plan de Calidad de Infraestructura Turística para invertir en infraestructuras en las zonas turísticas del Sur y, según la consejera de Turismo del Gobierno autónomo, no han sido invertido en cinco años. Y, mientras tanto, los turistas bajando y subiendo 75 escalones diariamente en Playa del Inglés para acceder a la playa. ¡Inaudito!

En lo que a la mención de la “apuesta del Gobierno por un turismo de calidad pero este objetivo choca con el deterioro de la planta extrahotelera” se refiere, es realmente de ciencia ficción porque no hay más remedio que preguntarse: ¿tiene el Gobierno un asesor de mercado turístico que le tenga informado de lo que ese mercado pide? ¿De dónde se saca el Gobierno que se puede apostar por el turismo de calidad y se puede ganar esa apuesta con una planta turística extrahotelera cuando ese turismo pide hoteles de cuatro y cinco estrellas y que, además, esta planta extrahotelera no son villas de lujo sino, en gran parte, vulgares apartamentos y bungalows de los años sesenta y setenta? ¿Pretende el Gobierno ganarse ese mercado de calidad con esa planta extrahotelera, aunque se renueve? Indiscutiblemente que, turísticamente, estamos perdiendo el Sur pero en el concepto de política turística hemos perdido el Norte totalmente, no precisamente desde ahora sino del mismísimo día en que se le puso la ‘camisa de fuerza’ a Gran Canaria en su desarrollo turístico hotelero con el primer PIOT de 1995 y se la mantuvo en esa situación inamovible con continuadas decisiones políticas hasta nuestros días.
Con relación a la mención que hace la mentada información sobre la Moratoria o Ley de Directrices, debo decir que esta Ley ha cumplido sobradamente el objetivo que se marcó Tenerife, la isla propulsora de la misma, que fue parar en seco el crecimiento hotelero de las demás islas, especialmente Gran Canaria, una vez que ellos habían alcanzado la meta de crecimiento de camas hoteleras que se habían trazado. El achacar por parte de algunos políticos grancanarios al anterior Gobierno el incumplimiento del desarrollo de la Ley de Directrices, razón por la que la planta extrahotelera obsoleta del Sur no se haya renovado, según ellos, es una pura falacia y ganas de confundir a la ciudadanía; todo el que tiene algo que ver con la libre iniciativa y la libertad de mercado sabe muy bien que el Gobierno no puede obligar a ningún propietario de un apartamento a invertir en él si no le cuadran sus cuentas y tampoco puede el Gobierno acometer por sí mismo y a cargo del presupuesto de la Comunidad Autónoma la renovación de esa planta obsoleta porque, visto desde ese ángulo, también tendría que renovar a cargo del erario público las peluquerías de mi barrio que han perdido la clientela por obsoletas, y, por tanto, esa renovación prevista en las Directrices es de imposible obligado cumplimiento. No se puede ni debe justificar un total fracaso político como ha sido la Ley de las Directrices para Gran Canaria con un argumento tan pueril como es el culpar a otros de la no renovación de la planta extrahotelera de la zona turística. El rectificar es cosa de sabios y el mantener numantinamente un equívoco político del calado de las Directrices es cosa de algunos políticos grancanarios que, a la sombra del desconocimiento de la ciudadanía sobre la materia, mantienen sin pudor la postura del ‘sostennella y no enmendalla’.
Las Palmas de Gran Canaria, 17 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna

jueves, 11 de octubre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VII)
















BAJADA Y SUBIDA A LA PLAYA POR MEDIO DE ESCALERAS MECANICAS Y ASCENSORES
Las bajadas a la playa de Playa del Inglés por la escalera de 75 escalones , 10 descansillos -sin bancos para un respiro en ninguno de ellos- y con un desnivel del 75%, situada detrás del Hotel Sahara Playa, y la que se encuentran enfrente, al lado del Hotel Dunamar, con 76 escalones, un solo descansillo en el centro de la misma -también sin banco para un respiro- y con un desnivel del 70%, hacen imposible el desplazamiento a la playa de personas inválidas que tienen que hacerlo, las poquísimas que lo hacen, con un medio de transporte especial para ello, siendo también de alto riesgo cardíaco el bajar a la playa para personas mayores por el esfuerzo físico que implica la subida con la consiguiente alteración del ritmo cardíaco. Dentro de los muchos obstáculos físicos que existen a lo largo y ancho de la zona turística para personas mayores y discapacitados -los más relevantes ya incluí en mi exposición IV-, las mentadas escaleras son, sin duda alguna, los más disuasorios para que una persona con problemas de movilidad o cardíacas repita su estancia en Playa del Inglés o la recomiende a alguien; por tanto, las escaleras hacia la gloria o el infierno, según se bajen hacia la playa -que es una gloria- o el infierno si se miran los 75 escalones desde abajo para subirlos, van a ser los dos puntos álgidos del termómetro que marcará si las tres Administraciones -además de Costas en lo que le pueda concernir- implicadas en ese resurgir de la zona turística sureña pasan la gran prueba de acometer la eliminación de estos dos tremendos obstáculos físicos para demostrar su resoluta decisión de cambiar todo lo que necesite cambio o mejora en esa zona turística; estas escaleras necesitan no sólo un cambio, necesitan ser condenadas y jalonadas de arriba abajo de flores de vida perenne en agradecida memoria de todas las personas que hayan padecido un infarto como consecuencia de sus subida.
Por tanto, el actual acceso a la playa por el Anexo II por medio de estas dos escaleras -que es el único si no se entra por Maspalomas, a través de las dunas o se baja por la escalera decimonónica de 82 escalones y 80% de desnivel que se encuentra cerca del Parque Tropical- tiene que ser sustituido INEXCUSABLEMENTE por medios ‘civilizados’ de subida y bajada utilizados hoy en día dondequiera que confluye un número elevado de usuarios (El Corte Inglés no vendería ni un calcetín si no tuviera escaleras mecánicas y ascensores a los pisos elevados y bajos), y, al decir medios ‘civilizados’ me estoy refiriendo, no precisamente a vulgares montacargas para subir y bajar fardos sino a ascensores ‘como Dios manda’, panorámicos porque las vistas sobre el Océano no son para menos y con toda la categoría, la seguridad y el servicio que el ‘escalón’ de acceso a la ‘mina’ de la que sale el sustento del 80% de los ciudadanos grancanarios se merece; la playa de arena del Inglés-Maspalomas no es una mina de oro en el sentido estricto de la palabra pero está por ver que, si lo fuera, diera de comer a más gente que lo hace siendo ‘sólo’ de arena. Las escaleras mecánicas a instalar, que funcionen bien por proximidad o por peso, al igual que los ascensores tienen que ser de una calidad máxima y su mantenimiento y servicio de una permanencia casi igualable a la de una estación de bomberos, siempre presente en horas de actividad de la playa. No debemos olvidar que, si la solución del agotamiento del modelo turístico actual en que está inmersa “Maspalomas-Costa Canaria” es ganarnos el turismo de salud casi como única salida, objetivo más que alcanzable debido a la benignidad de nuestro clima, y, si se apuesta por él, hay que hacerlo con la visión y la mentalidad de esas personas que queremos conseguir para que reemplacen al turista que en gran medida hoy tenemos en esa zona y que por su poco poder adquisitivo y escasa calidad cultural la ha degradado y hundido.
La inmediatez con que las citadas Administraciones acometan esta IMPERIOSA necesidad y la calidad que le den a los mecanismos y su entorno serán el ‘gesto’ inequívoco de que las cosas van en serio y no es pura falacia electoralista, restituyendo la credibilidad justificadamente perdida en las Administraciones por parte del empresariado de Playa del Inglés que verá en ello un nuevo amanecer para su devaluada propiedad animándole a ponerla al día invirtiendo en ella lo necesario. El pensar, como algún que otro político en sus desvaríos populistas y surrealistas quiere hacer creer, que la Administración correrá económicamente de alguna manera con los gastos de rehabilitación de la planta turística obsoleta es un espejismo porque es de una simpleza y claridad meridiana que en una economía de libre mercado, como a la que pertenecemos, el propietario de un inmueble turístico es dueño de él para lo bueno y para lo malo, es decir, si su producto tiene demanda hay negocio y gana dinero; si no tiene demanda no hay negocio y no sólo no gana sino que puede perder, como en la bolsa, por lo que meterá dinero en el negocio si ve perspectivas de rentabilidad; el intervencionismo y el dirigismo por parte de la Administración a fuerza de decreto aquí no funciona porque el empresario es libre de arriesgar su dinero donde y cuando lo crea pertinente; concepto que también es extensible a cualquier señor Smith residente en Londres o Berlín que escogerá para pasar sus vacaciones un destino de moda y a buen precio u otro donde lo haya pasado bien en otras ocasiones; pueden estar seguro políticos voluntariosos grancanarios que no se decidirá por un apartamento o bungalow en Playa del Inglés si no le ofrece lo que busca pues tiene un amplio abanico en el mercado donde elegir.
Por tanto, la palabra mágica es CREDIBILIDAD, esa es la palabra clave para restaurar la confianza en el mundo empresarial de forma que se endeude y acometa las obras de remodelación necesarias en sus propiedades para convertir Playa del Inglés en el mejor centro de salud de toda Europa pues tiene lo fundamental para ello que es el clima y la playa para conseguirlo. Cae de su propio peso que serán los bancos los que jueguen un papel decisivo en todo ese proceso de renovación generalizada porque Playa del Inglés necesitará, por el lado empresarial, ingentes cantidades de dinero para remozarse y son los bancos esencialmente los que tienen y pueden facilitar ese dinero. Es de suponer que lo harán, porque ese es su negocio, pero sólo si la palabra CREDIBILIDAD está en el ambiente cuyos aires positivos sólo pueden ser transmitidos por las tres Administraciones -y la colaboración de Costas- para que los bancos apuesten por la zona turística e inviertan y presten su dinero sin grandes riesgos de no recuperarlo. Que nadie olvide que sin el crédito bancario bien poco se podrá realizar en la renovación y nuevo enfoque comercial de toda la zona turística sureña. En lo que al Departamento de Costas se refiere, y a juzgar por sus últimos posicionamientos con relación a la extracción de arena del mar para las playas, sí parece estar por la labor de aportar no solo ‘un granito de arena’ sino muchos granitos para cooperar en gran escala en el resurgir del Sur turístico grancanario. Esperemos que no surjan criterios fundamentalistas por parte de Medio Ambiente y trunquen algo tan importantísimo para Gran Canaria como es la regeneración de sus playas sureñas y acondicionamiento de otras existentes pero no concurridas por falta de arena.
Creo que queda claro la importancia que tiene, a mi criterio, que bajo ningún concepto la instalación de ‘civilizados’ medios de acceso a la playa por medio de escaleras mecánicas y ascensores panorámicos dejen de ser incluidos en el “Plan de Renovación del Sur” del Cabildo, siendo ésta una de las actuaciones que, junto con la conversión de la GC-500 en vía urbana con carril para bicicletas, no pueden ser pospuestas ni hechas a medias; hay que acometerlas ya, de inmediato, y serán el verdadero ‘pistoletazo de salida’ para que comience ‘un nuevo despertar’ en la zona turística del Sur al que estoy seguro que el empresariado y propietarios de inmuebles en la zona turística sureña se unirán con ilusión.
Las Palmas de G.C., 10 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna
PROXIMO ‘CAPITULO’ (VIII): RUIDO Y TRAFICO
MISMO ARTICULO CON IMAGENES EN MI PAGINA WEB: http://danielgarzonluna.blogspot.com/

sábado, 6 de octubre de 2007

LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VI)







LA NAVE DEL TURISMO GRANCANARIO: EMBARRANCAMIENTO ANUNCIADO (y VI)
MOVILIDAD POR MEDIO DE GUAGUAS URBANAS (SERVICIO A CREAR)
La zona turística sureña, desde Bahía Feliz hasta Meloneras con inclusión de los pueblos aledaños de San Fernando, El Tablero Y las ramificaciones de Montaña La Data y El Salobre, alberga una población de hecho de unos 130.000 habitante, de los cuales unos cien mil son turistas que se alternan.
No hay servicio público urbano de guaguas en toda esta zona turística; sólo un tímido pero muy loable paso de los servicios de guaguas interurbanas desde Las Palmas capital y otros puntos de la Isla en sus rutas hacia el Sur/Suroeste y viceversa. Por muy inverosímil que parezca, la zona turística del Sur de la Isla, el pulmón económico machaconamente repetido hasta la saciedad por todo quisque, que comprende una extensión de unos diez kilómetros de costa y unos ocho de la costa hacia las montañas, que alberga una población de unas 130.000 personas de hecho -unos cien mil turistas y unos treinta mil residentes-, masa de personas equivalente al 38% de los 377.056 habitantes que tiene Las Palmas capital ¡el 38%!, no tiene servicio de transporte urbano de guaguas, y todo ello después de cuarenta años que comenzara la explotación y vertiginoso desarrollo de la zona, hoy emporio turístico, que se ha convertido en la mayor concentración de camas turísticas en una sola zona que existe en toda España.
Y bien, ¿Cuáles son las consecuencias que esta ausencia de transporte público urbano de guaguas ha tenido y sigue teniendo para la zona turística y pueblos aledaños? Las consecuencias son relevantes, tanto en lo que a la población residente atañe como al visitante o turista, y, también, en lo que al conjunto de núcleos urbanos en sí mismos se refiere. Con relación a los núcleos urbanos, existe un divorcio tácito entre toda la zona turística sureña y los núcleos poblacionales aledaños de residentes como son los pueblos de San Fernando y El Tablero, por ejemplo; la carretera GC-500 ha ejercido un efecto ‘separatista’ férreo, especialmente desde el desdoblamiento de esta vía, entre la población flotante de las urbanizaciones turísticas y los pueblos de residentes. Las ‘incursiones’ de turistas que atraviesan ese ‘cinturón de hierro’ desde Playa del Inglés hacia San Fernando, por ejemplo, es puro anecdótico si se sopesa las decenas de miles de turistas que pueblan las urbanizaciones turísticas, que se renueva constantemente y cuyo interés, por lo tanto, tiene permanente continuidad.
En lo que al residente se refiere, la ausencia de guaguas urbanas ha tenido y tiene repercusiones muy negativas de movilidad dentro de la zona sureña y está obligado a disponer de vehículo propio para poder ejercer cualquier actividad, tanto profesional como de carácter privado, cosa que justifica que San Bartolomé de Tirajana, que tiene una población de derecho de 50.000 habitantes aproximadamente, esté a la cabeza de municipios que con ese número poblacional tenga más coches por familia en todo el territorio nacional; este hecho, si bien tiene la vertiente positiva de la libertad de movimiento individual por tener vehículo propio, no deja de ser una carga económica y síquica importante para la gente joven que se incorpora al mercado de trabajo, por lo general a un puesto de trabajo en precariedad, y tiene ya que endeudarse de entrada con la adquisición de un vehículo y vivir la angustia de cómo hacer frente a las letras si no hay renovación de contrato que, incomprensiblemente en una zona que vende servicios y tan importante es fidelizar al cliente como al empleado, es lo habitual.
En lo relativo al visitante o turista, los factores negativos se centran en la falta de conexión vía transporte urbano de guaguas entre las siete u ocho urbanizaciones que componen la zona turística entre sí y, también, con los pueblos aledaños, cosa que ha influido en gran medida a que el visitante pierda interés por deambular por otras zonas y se limite a las del entorno donde se aloja, motivo éste que limita las vivencias del turista y sus experiencias se circunscriban a un entorno muy reducido en detrimento de una visión más amplia de Gran Canaria. Aquí pueden haber jugado un papel importante dos conceptos distintos pero relacionados entre sí como es que nuestros visitantes vienen de países en los que el transporte público de autobuses, sobre todo, es utilizado por sistema y el taxi en determinadas ocasiones, factor que crea una predisposición mental determinada, y otro es que el salir de una urbanización de la zona turística a otra implica el pasar forzosamente por la carretera general GC-500 que, hasta la apertura de la autopista hacia el Sur/Suroeste, ha sido de hecho una autopista de cuatro carriles, trazado que perdura al día de hoy.
Ahora puede presentarse el interrogante: ¿en qué puede haber influido la ausencia de transporte urbano de guaguas en la decadencia de la zona turística del Sur? A mi criterio, el mayor motivo que puede haber influido ha sido que las distintas urbanizaciones de la zona turística se han convertido en departamentos estancos con ausencia de suficiente fluidez en la comunicación vial entre ellas mismas y también con los pueblos aledaños. ¿Alguna forma de reorientar esta situación de divorcio entre la zona turística del Sur y los pueblos aledaños, así como entre sus propias urbanizaciones? Sí lo hay y pasa inexcusablemente por la instauración inmediata de un servicio urbano de guaguas que complemente el servicio de taxis de forma que el turista sienta el deseo de conocer y moverse por todo lo que el Sur tiene que ofrecerle; lógicamente este servicio urbano de guaguas tendría que ser con vehículos modernos dotados de aire acondicionado y rampas de acceso para inválidos en sillas de ruedas, de acuerdo con lo que estipula la Ley al respecto. No hay duda que un servicio de este tipo podría influir muy positivamente en animar a los clientes a moverse más por todo el Sur dándole más vida, especialmente ayudaría a ‘sacar’ a los turistas del “todo incluido” de sus complejos y animarles a consumir en otros puntos del Sur, bien en las propias urbanizaciones turísticas o en los pueblos aledaños. La imperiosa necesidad de que la carretera GC-500, de cuatro carriles, se convierta en vía urbana con carril de bicicletas desde Morro Besudo hasta la rotonda de la Viuda de Franco ya la contempla el Plan de Renovación del Sur del Cabildo por lo que, se supone, será un hecho en breve. (Ver información gráfica al respecto en mi página Web).
Una pregunta inevitable para terminar: ¿a cuál de las tres Administraciones que han asumido el proyecto de reflotar la ‘nave’ turística del Sur le corresponde crear un servicio urbano de guaguas en la zona turística y pueblos aledaños?
Próximo capítulo (VII). ESCALERAS MECANICAS Y ASCENSORES EN LA BAJADA A LA PLAYA POR EL ANEXO II.
Las Palmas de G.C., 5 de octubre de 2007.
Daniel Garzón Luna
MISMO ARTICULO CON IMÁGENES EN MI PAGINA WEB: http://danielgarzonluna.blogspot.com