ISRAEL: DORMIR CON LA METRALLETA DEBAJO DE LA ALMOHADA
"When we take a walk, we are three - you and me and the next war" (Hanoch Levin, 1968).(Cuando damos un paseo somos tres: tú, yo y la próxima guerra)
Últimamente vuelve a ser el Medio Oriente el epicentro del interés mundial porque el mundo, todo el mundo comenzando por la casta política hasta el humilde hombre de la calle, ha tomado conciencia que la mayor posibilidad de una guerra nuclear a escalas incontrolables se encuentra en el Medio Oriente, en Israel y el mundo musulmán que lo rodea. Es una normalidad que la palabra guerra se encuentre a diario en la prensa de Israel, no como una mera referencia al pasado sino como una posibilidad permanente y una realidad a muy corto plazo. El reloj corre desde hace tiempo en contra de Israel que será vencida por el tiempo y por los acontecimientos que éste vendrá arrastrando, incluso si no se originara una nueva confrontación armada entre Israel y el mundo musulmán que le rodea, que, en cuyo caso, le traería consecuencias devastadoras dado el grado de sofisticación que los ingenios bélicos pueden poner en escena sin que para ello tengan que entrar en acción armas nucleares.
Sí, no hay la menor duda que el ‘reloj de arena’ se encuentra en una fase de trasiego que va marcando el tiempo que le queda a Israel para encontrar una salida airosa a sus conflictos con el mundo musulmán, especialmente el árabe, y sentar las bases de una convivencia pacífica en el Medio Oriente que cuente con el más absoluto respaldo de la comunidad internacional, la cual debería asumir un apoyo sin fisuras a la seguridad de Israel, caso de que Israel tuviese necesidad de ese apoyo bélico y si ese escenario se produjese. Por supuesto que esa misma garantía de seguridad tendría que ser contemplada para el Estado palestino a instaurar.
El actual Gobierno de Israel debe bajar al ‘parquet’ de la calle y entrar en la nueva era de realismo en la que ya se discute, incluso, si la velocidad de la luz no ha sido sobrepasada por el neutrino y asumir que un Estado de seis millones de habitantes no puede sobrevivir con éxito en el tiempo rodeado por naciones hostiles a Israel -que suman cientos de millones de habitantes, que respaldan la reclamación palestina de un Estado palestino, además de la población árabe-israelí cada día creciente en Israel- .con el único respaldo fiable en el mundo de los EE.UU. El Gobierno de Netanyahu debe desistir de sus quimeras históricas del Gran Israel y dar los pasos necesarios para que las conversaciones de paz con los palestinos se reinicien teniendo como punto de partida las fronteras de 1967, fronteras incluso asumidas por su mayor valedor en el mundo, los EE.UU de América. Netanyahu y su Gobierno, especialmente el ala ultramontana en la que se encuadra Feiglin, así como el partido radical de derechas Yisrael Beytenu de Avigdor Lieberman con el que gobierna en coalición, deben tener claro que esta oportunidad puede ser la última gran oportunidad para que Israel negocie desde una posición de fuerza sobre cuál debe ser su futuro en los años venideros. Ha llegado el momento de negociar de verdad, no más farsa, no más fotos vendedoras de imagen política para la galería; Netanyahu debe reconocer que su política de prepotencia ha hecho fracasar la mediación de su ‘Gran Hermano Americano’, la Administración Obama, en la solución del conflicto y que, debido a ello, han entrado en escena otras fuerzas que, sin duda, no serán tan comprensibles con la dialéctica de su Gobierno, especialmente Rusia, y exigirán concesiones razonables y realizables en el tiempo, todo ello, claro está, si la palabra paz está llena de contenido y no si es utilizada simplemente como una palabra más del discurso negociador que, intencionadamente, se sabe que no hay voluntad de llevar a buen término.
No hay la menor duda, ha llegado la hora de Israel, la hora de que se planten las bases para consolidar un acuerdo de paz respaldado por toda la comunidad internacional; un acuerdo de paz y convivencia que contemple los dos Estados, el judío y el palestino, dentro de unas fronteras negociadas y aceptadas por las dos partes interesadas, que marquen el comienzo de una Nueva Era que implique que las buenas relaciones entre los vecinos no obligue más a tener que ‘DORMIR CON LA METRALLETA DEBAJO DE LA ALMOHADA’. o a que “cuando tú y yo salgamos de paseo no iremos con otra guerra en lontananza como tercer acompañante”
"When we take a walk, we are three - you and me and the next war" (Hanoch Levin, 1968).
Las Palmas de Gran Canaria, 6 de octubre de 2011.
A continuación inserto el enlace que le llevará al artículo de Gideon Levy publicado en el diario israelí “Haaretz.com” el 06-10-2011 y del cual he sacado la cita de Hanoch Levin que incluyo en este artículo. Recomiendo su lectura pues ‘retrata’ con el realismo y la crudeza que le es habitual una incuestionable realidad israelí de la actualidad.
You and I and the next Yom Kippur War - Haaretz Daily Newspaper | Israel News
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