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Ver Artículo de José Antonio García Merino
GIBRALTAR: ¡BIENVENIDO A PALACIO, 'DON PELAYO'; HACE 300 AÑOS QUE LE ESPERAMOS!
Sobre la nueva tendencia que el Palacio de La Santa Cruz (sede del Ministerio de Asuntos Exteriores español) ha emprendido con relación al contencioso del Peñón de Gibraltar no puede menos de ser de elogio y gran satisfacción para cualquier nacido en esta sufrida Piel de Toro que ame la Tierra que le vio nacer y se sienta orgulloso de Ella. ¡Bienvenida sea esa ráfaga de aire fresco que ha entrada de forma tan decidida en Santa Cruz y esperemos que purifique el ambiente del Palacio y arrample con todas las telarañas que habían sentado sus reales en él a lo largo de décadas!
Sobre el lacerante asunto de Gibraltar he escrito y publicado muchos comentarios, algunos publicados en este blog que relaciono al final de este post con su correspondiente enlace que llevará al lector al título que le sea de su interés.
Antes, y a continuación, voy a insertar el artículo de Pablo Montesinos publicado en "Libertaddigital.com" el pasado día 20 de febrero, pues pone de relieve 'la broma' del "Gribraltar epañol", y su importancia, de García-Margallo a un amigo colega parlamentario europeo inglés.
Libertaddigital.com (20-02-2012)
El "¡Gibraltar español!" de Margallo resuena en Downing Street
El titular de Exteriores fuerza que Gibraltar sea tema de discusión en la reunión entre Cameron y Rajoy. Sin "ninguna limitación de contenidos".
PABLO MONTESINOS | LONDRES 2012-02-20
Que el país vuelva a entonar, con cierta firmeza, el “Gibraltar español” escenifica en la práctica un cambio sustancial en la política exterior con respecto a la colonia. El Gobierno quiere reanudar la negociación sobre su soberanía, y lo quiere hacer en exclusiva con Londres. En palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, “no es un asunto tripartito, se habla de Estado a Estado”.
Detrás del sello de esta nueva vía diplomática está José Manuel García-Margallo, que con su “esta broma se ha terminado” acaba de golpe y porrazo con la herencia del Gobierno socialista, que guardó en un cajón la histórica reclamación española y permitió incontables actos cuasi bélicos de autoridades del peñón a la Guardia Civil. En este contexto, Mariano Rajoy pisa por primera vez suelo británico para reunirse, este martes, con su homólogo David Cameron. La cita acabó por cerrarse en el último Consejo Europeo, en el que ambos charlaron, principalmente de economía. La relación entre ambas administraciones es más que cordial, siendo clave el viceprimer ministro Nick Clegg, con quien despachó nada más ganar el 20-N en la sede del PP. Ayudó su fluido castellano, que le ha permitido convertirse en un interlocutor privilegiado.
Exteriores quiere ahora, aprovechando este clima, hablar de verdad de Gibraltar, pese al rechazo declarado de Londres. Y, nuevamente, el papel de Margallo se antoja decisivo. Por carta o de viva voz lo ha hecho saber. Por ejemplo a David Lidington, secretario de Estado británico para Europa. El Tratado de Utrecht (1713) y la Declaración de Bruselas (1984) permiten al ministro reclamar sin reservas una negociación “sin ninguna limitación de contenidos”, y en la que la colonia no se meta. El presidente, huidizo hasta el máximo de problemas que entiende innecesarios, sabe que le abordarán por esta cuestión en la comparecencia posterior al despacho en Downing Street. Y es igualmente consciente de que la prensa española espera escuchar que el asunto se ha abordado, y que se podrían dar pasos en este sentido. Ya lo consiguió José María Aznar, y esto es algo que Rajoy tiene muy en cuenta.
Ahora bien, el jefe del Gobierno intentará llevar el encuentro a su terreno, que no es otro que el económico. A dos días de que la Unión Europea actualice las previsiones económicas para España, entiende que esto también generará interés. Además, expondrá un nuevo marco de colaboración económica con la City, de cuyos preparativos se encargó Luis de Guindos, en una visita previa a Londres. Sobre Gibraltar, Rajoy se contenta con sacar el tema y que queden claras las opiniones de ambas partes.
Las circunstancias benefician el entendimiento. Cameron está especialmente distanciado de París y Berlín al rechazar la regla de oro del déficit público, y el presidente podría aprovecharlo para ir ganando más notoriedad. El carácter afable del español siempre ayuda. Tras Inglaterra, Rajoy hará escala en España para acudir a la sesión de control al Gobierno y, ya el jueves, se fotografiará con Mario Monti en Roma. En dos meses, su agenda internacional supera la de toda la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero."
ENLACES A ARTÍCULOS MÍOS SOBRE GIBRALTAR PUBLICADOS EN ESTE BLOG
2009-11-25 LA PRETENDIDA SOBERANÍA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR
2009-12-12 ZAPATERO Y MORATINOS FRENTE A LA SOBERANIA ESPAÑOLA DE GIBRALTAR Y SUS AGUAS
2010-04-11 GIBRALTAR.....¡POR SIEMPRE GIBRALTAR!
2010-04-28 ¿SE APUNTA TAMBIÉN EL PP AL 'BUEN TALANTE' DEL PSOE CON GIBRALTAR?
2010-10-22 GIBRALTAR: CUANDO NIÑOS JUEGAN CON FUEGO EN UNA GASOLINERA
2010-11-06 GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA
2010-12-10 MÁS SOBRE LA PRETENDIDA SOBERANÍA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR
2011-02-22 EL DESAFÍO LLANITO DE GIBRALTAR
2011-02-28 GIBRALTAR Y CASTA POLÍTICA
2011-06-16 GIBRALTAR Y LAS AGUAS ESPAÑOLAS QUE LO CIRCUNDAN
2011-07-30 GIBRALTAR: LONDRES YA HABLA DE SOBERANÍA BRITÁNICA
2011-10-14 GIBRALTAR, LA OTAN Y LA PESTE SÍMICA
Artículo (parcial) de José Antonio García Merino en www.todoababor.es. Ver artículo completo en todoababor.es
LA PAZ Y EL TRATADO DE UTRECHT
En 1705 las potencias en litigio dieron muestras de agotamiento e iniciaron contactos para lograr una paz que se alcanzaría años mas tarde. La situación se agravó en 1709. La rendición de las plazas francesas de Tournai y Mons llevó a Luis XIV al casi abandono de su nieto, pese a lo cual Felipe continuó el esfuerzo militar, y aunque sufrió el revés de Almenara, obtuvo los éxitos de Brihuega y Villaviciosa (1710), que le abrieron el camino hacia Cataluña. En el mismo año, a la muerte del emperador José, hermano del archiduque Carlos, éste accedió a tal dignidad como Carlos VI (abril de 1711), por lo que las potencias aliadas temieron que se pudiera reconstruir la situación geopolítica del emperador Carlos V (I de España) y que se rompiera el sistema del equilibrio europeo.
Inglaterra y Portugal convinieron una suspensión de armas con España y Francia, y el cambio de actitud de la diplomacia inglesa determinaron el comienzo de unas negociaciones de paz a las cuales no fueron admitidos los representantes españoles. Todo se hizo a nuestras espaldas. Luis XIV asumió allí y de forma bien peregrina y lacerante los intereses de España, y cuando nuestros diplomáticos quisieron intervenir, todo estaba resuelto. Los Preliminares de Londres (octubre de 1711) plantearon las líneas maestras de los futuros tratados. La Convención de Fontainebleau (agosto de 1712) propuso un armisticio general; los contendientes, excluida Austria, se dispusieron entonces para la paz definitiva, que implicaba el reconocimiento de Felipe V como rey de España, al que Inglaterra ya había reconocido como tal en 1711. El 11 de abril de 1713, Francia firmó en Utrecht una serie de convenios con Gran Bretaña, Portugal, las Provincias Unidas, Saboya y Prusia. España lo hizo el 13 de julio también de manera bilateral.
Austria continuó la guerra por su cuenta pero el agotamiento económico y militar le obligó a zanjar su contienda con los Borbones el 6 de marzo de 1714, firmando el Tratado en Rastadt.
A continuación el artículo X del Tratado de Utrecht, donde se menciona expresamente el tema de Gibraltar:
• "Art. X
• El Rey Católico, por si y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar,juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.
• Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías. quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra.
• Y como la comunicación por mar con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos los tiempos, y de aquí puede resultar que los soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grandes angustias, siendo la mente del Rey Católico sólo impedir, como queda dicho arriba, la introducción fraudulenta de mercaderías por la vía de tierra.
• Se ha acordado que en estos casos se pueda comprar a dinero de contado en tierra de España circunvecina la provisión y demás cosas necesarias para el uso de las tropas del presidio, de los vecinos y de las naves surtas en el puerto.
• Pero si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarían al fisco, y presentada queja de esta contravención del presente Tratado serán castigados severamente los culpados.
• Y Su Majestad Británica. a instancia del Rey Católico consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar, ni se de entrada ni acogida a las naves de guerra moras en el puerto de aquella Ciudad, con lo que se puede cortar la comunicación de España a Ceuta, o ser infestadas las costas españolas por el corso de los moros. Y como hay tratados de amistad. libertad y frecuencia de comercio entre los ingleses y algunas regiones de la costa de África. ha de entenderse siempre que no se puede negar la entrada en el puerto de Gibraltar a los moros y sus naves, que sólo vienen a comerciar.
• Promete también Su Majestad la Reina de Gran Bretaña que a los habitantes de la dicha Ciudad de Gibraltar se les concederá el uso libre de la Religión Católica Romana.
• Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla". •
• (Tomado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Oficina de Información Diplomática, Textos Básicos sobre Gibraltar).
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